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IIGE desarrolló una Planta Prototipo de producción de etanol de segunda generación








Desde el año 2017, con financiamiento de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), técnicos del Instituto de Investigación Geológico y Energético (IIGE), han venido desarrollando un procedimiento de obtención de etanol a partir de residuos de la cáscara de piñón (Jatropha Curcas). El trabajo realizado permitió que a finales de 2019 se implemente una planta prototipo para producción de etanol de segunda generación, con miras a obtener un producto que sirva como biocarburante.

La planta prototipo fue diseñada por el personal del área de biomasa del IIGE, a partir del cual se generaron en total cuatro (4) solicitudes de modelos de utilidad, relacionadas a los procesos de pretratamiento hidrotérmico y destilación.

Técnico del IIGE realiza una revisión de la sección de reactores de la planta prototipo de producción de etanol.

El IIGE ha investigado alternativas para el aprovechamiento de los residuos del procesamiento de piñón con fines energéticos, siendo uno de ellos, la producción de etanol a partir de su cáscara, por medio de un proceso que comprende principalmente etapas de pretratamiento hidrotérmico, seguido de proceso de hidrólisis enzimática, filtración y fermentación, para finalmente, destilar el líquido fermentado y obtener el etanol. Este proceso se desarrolló inicialmente a escala de laboratorio, sin embargo, mediante  fondos de cooperación internacional de la AECID, el IIGE continúa los trabajos de investigación en esta área y ha desarrollado el proceso a mayor escala.

El fruto del piñón contiene semillas compuestas por aceite no comestible, por lo que esta planta es utilizada como cercas vivas en zonas del litoral ecuatoriano, principalmente. A través de una iniciativa gubernamental el aceite de piñón ha sido empleado como biocombustible para la generación de electricidad en la Isla Floreana (Islas Galápagos), lo que ha llevado a generar un incremento en la recolección de este fruto y por lo tanto se han generado mayores residuos de biomasa (cáscara y torta de semilla), provenientes del procesamiento del piñón para la obtención de aceite.

Se debe considerar que el cultivo de piñón en Ecuador no utiliza áreas de terreno empleadas para la producción de alimentos y, al ser utilizadas como cercas vivas, la recolección y venta de su semilla representa un ingreso adicional para los pequeños agricultores. Esta propuesta de obtención de energía renovable a mayor escala no pone en riesgo la seguridad alimentaria del país, además, este biocarburante puede contribuir a la disminución de gases de efecto invernadero debido al uso de combustibles fósiles.